viernes, 30 de octubre de 2015

Teoria de Arrhenius

A finales del siglo XIX, Arrhenius estudió la disociación iónica de los compuestos inorgánicos producida al disolverlos en agua, elaborando la teoría por la que en el año 1903 recibió el premio Nobel de Química.
Comprobó que había sustancias moleculares que en disolución conducían la corriente eléctrica; la razón debía ser que daban lugar a iones. Para ello, se han de romper enlaces covalentes polares y formarse iones. Esto les sucede a los ácidos y a algunas bases: se disocian originando iones. Además, hay bases como los hidróxidos que ya tienen iones en su constitución en estado puro, y esos iones son los mismos que hay cuando el hidróxido se disuelve.
Arrhenius llegó a la conclusión de que las propiedades características de las disoluciones acuosas de los ácidos se debían a los iones hidrógeno, H+, mientras que las propiedades típicas de las bases se debían a los iones hidróxido, OH-, (también llamados hidroxilo u oxhidrilo). Para ello, propuso las siguientes definiciones:
Ácido es una sustancia que en disolución acuosa se disocia produciendo iones hidrógeno, H+.
Base es una sustancia que en disolución acuosa se disocia produciendo iones hidróxido, OH-.


Limitaciones de la teoría de Arrhenius

La teoría de Arrhenius sólo es valida para disoluciones acuosas (no se puede utilizar para disolventes distintos del agua), las bases deben tener OH en su molécula (esta teoría no puede explicar el carácter básico de sustancias como el NH3 o el Na2CO3) y los ácidos deben tener H en su molécula y al disociarse en agua dar H+ (los iones hidrógeno o protones, debido a su pequeñísimo radio, 10-13 cm, no existen como tales en disoluciones acuosas, sino que están fuertemente hidratados, originando iones hidronio, H3O+).